LA SEGUNDA REPÚBLICA EN EXTREMADURA

El bienio Reformista (1931-1933)
El principal tema de debate fue el problema agrario, especialmente crucial en Andalucía y Extremadura. Los latifundios y el paro de los obreros agrícolas exigían la adopción de medidas por parte de los gobiernos republicanos. Se aprueba en 1931 una serie de decretos que beneficiaban a los jornaleros y yunteros extremeños: la congelación y prórroga de los contratos de arrendamiento; la reducción de la jornada laboral a 8 horas, lo que suponía en la realidad un aumento salarial; la obligación de contratar antes a los obreros del término local; la eliminación de la práctica del subarriendo y la posibilidad de ceder las tierras sin cultivar a campesinos sin tierras por dos años agrícolas para que las trabajasen.


En 1931, recién proclamada la República, en una asamblea, convocada por la Asociación de la Prensa de Badajoz, surgió una comisión con la intención de redactar un proyecto de Estatuto de Autonomía para Extremadura que sería presentado a la Diputación Provincial. La “Comisión Pro Estatuto Regional Extremeño” inició sus trabajos y animó a que se constituyera en Cáceres otra comisión con la misma finalidad, aunque los cacereños no seguirían la idea. Este proyecto, que manifestaba su conformidad con una posible inclusión de la provincia de Huelva en Extremadura, no llegó nunca a ser concretado, y fue abandonado a finales de 1931. Por entonces, la cuestión agraria y la tensión social que se estaba viviendo, con ocupaciones de fincas y con enfrentamientos entre obreros y patronos, atrajeron toda la atención.
El bienio Radical-Cedista (1933-1935)
En las elecciones de noviembre de 1933, triunfan los partidos de centro y de derecha, y se forma un gobierno radical-cedista.
Como resultado de la política de derechas que se pone en marcha, se incrementó la conflictividad social en el campo extremeño. A finales de 1933, tuvieron lugar levantamientos anarquistas en diversas localidades extremeñas (Villanueva de la Serena, Navalmoral de la Mata, Plasencia, Oliva de Plasencia…), bajo el protagonismo de la C.N.T. Estas revueltas campesinas originaron víctimas mortales y fueron duramente reprimidas por las autoridades.

Durante 1935 la política represiva del gobierno empezaba a dar sus frutos y las organizaciones sindicales y los partidos de izquierdas mostraban síntomas de debilitamiento. Por el contrario, la oligarquía agraria había salido reforzada y el gobierno radical-cedista pone en marcha una ley de contrarreforma agraria en favor de los intereses de los terratenientes. No obstante, los campesinos siguieron movilizándose: ocupaciones de fincas, robos e incendios de cosechas y rastrojos durante el verano y, al final del año, robos de bellotas para comer.
El triunfo del Frente Popular
En febrero de 1936 ganan las elecciones la coalición de partidos de izquierda: el Frente Popular.
A partir de marzo de 1936, se produce un fenómeno generalizado de ocupación de fincas por parte del campesinado. Además, durante la primavera se producen numerosas huelgas en las ciudades y en los campos extremeños. El gobierno reacciona acelerando la puesta en marcha de la Reforma Agraria: numerosas fincas de todas las localidades son repartidas y ocupadas por los jornaleros y yunteros.
Entretanto, las posturas entre patronos y obreros se radicalizan, adquiriendo un carácter prebélico. En las calles, son frecuentes los enfrentamientos entre militantes de derecha y de izquierda. Son el prólogo de la Guerra Civil.
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